martes, 31 de mayo de 2011

Nuestros Pueblos indígenas, Más que una cultura son una realidad. Por: Rodrigo Motivar Parra

Antes de que los españoles llegaran a América, éramos netamente Indígenas, hoy, después de más de 600 años de haber sido conquistados por los españoles, lo seguimos siendo. Seguimos llevando en las venas esa sangre y esa raza. Es por eso que en la actualidad más que nunca debemos reconocerlo y afrontarlo, hacer conciencia de las acciones bélicas que se comenten con nuestros pueblos, los últimos vestigios de una cultura marcada por la violencia e indiferencia.

Más allá del conflicto armado en el que lastimosamente se ven involucrados nuestros indígenas, existen otros factores que agravan su situación y los hunde más en el poso oscuro del olvido. En primera instancia, aunque estas culturas representen  1.378.884 personas (DANE, Censo General 2005), es decir el 2.5% de la población colombiana, su representatividad legal y constitucional es débil y vulnerable.  Del mismo modo el artículo 7 de la Carta Política dice: ‘’El estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana’’ y añade el Articulo 8 ‘’ Es obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la nación’’. Ahora bien, la pregunta del millón seria:   ¿este gobierno los protege o por el contrario los persigue? Con los últimos hechos criminales de estado, la última afirmación quizá estaría más cercana a la respuesta.

Por otra Parte, para un colombiano del común, los aborígenes existen dentro de un contexto cultural, son personajes en vía de extinción, los vemos como fenómenos extraordinarios, sin problemática alguna, y que están a salvo en nuestro país. Esta concepción tiene su nacimiento a partir de  Los medios de comunicación  quienes cumplen un papel de exotizacion de la cultura.  El indígena como creador de una nueva realidad no vende, un indígena exótico, sí. Pero más allá de sus tradiciones, nuestros nativos son una parte principal del conflicto armando nacional, en medio de guerrillas y ejércitos están ellos, sus familias y sus tierras.

 Al igual que los ciudadanos urbanos, los indígenas son los escudos humanos de esta guerra,  la única diferencia que existen entre los dos, es que el primero  es mas visibilizado que el otro, Por ejemplo, en la región de la Orinoquia, se sitúan la mayor población indígena del país y también grandes problemas sociales como lo son el narcotráfico, el desplazamiento y la pobreza. Muchos medios hacen referencia a  esta crisis, sin embargo, nadie sabe la realidad de los nativos. Nadie ha referencia a su situación.  Se tiende a eliminar los rastros de sus condiciones, consiguiendo así que el público común se olvide de su triste realidad.

Mientras el colombiano, quizá por su actitud antipática hacia el indígena no reconozca lo importantes que éstos  para el país, mientras sigamos manteniendo un vacio de identidad  porque no somos europeos pero tampoco indígenas, entretanto sigamos con esa indiferencia hacia los demás, nuestros pueblos aborígenes seguirán en proceso de extinción y  finalmente desaparecerán. En ese momento tal vez tomaremos conciencia y recordaremos la última estrofa de la canción de Mercedes Sosa ‘’Solo le pido a Dios, que el futuro no me sea indiferente, desgraciado es el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente.